San Ambrosio
Nace en Tréveris (Francia), en el año 339, en el seno de una acaudalada familia. Estudió derecho romano, retórica, griego y oratoria.
Ejerció la abogacía. Representa al consulado en Emilia-Romaña y Liguria (Italia). Su amplia cultura y honestidad le hacen destacar, por lo cual se le consagró obispo de Milán. Es gran teólogo, liturgista y talentoso administrador. Distribuyó su herencia entre los pobres.
En su obra destacan himnos, tratados sobre Sagrada Escritura y teología, así como oraciones fúnebres y epístolas; en una de éstas da a conocer su doctrina sobre la maternidad de María, respecto a la obra de Cristo, y expresa: "Una Virgen ha engendrado la salvación del mundo, una Virgen ha dado la vida a todas las cosas".
Es contemporáneo de Agustín de Hipona a quien convierte y bautiza. Es uno de los cuatro grandes padres de la Iglesia Occidental. Murió en su sede episcopal. Iconografía: con atavío común a los obispos y panal, por su elocuencia. Es protector de los obispos.