Cecilia Astúa Mora

Ofreced vuestras vidas como Cristo Jesús.
(Rom 12,1)
Nació en La Unión (Cartago – Costa Rica) el día 11 de mayo de 1934. Fueron cuatro Hermanas en la Congregación: Cecilia, Pilar, Clara y Geisy Edith.
Comenzó el Postulantado el día 14 de octubre de 1952. El día 15 de marzo de 1953 inició el Noviciado y pronunció los Primeros Votos el día 15 de marzo de 1955. Hizo su Profesión Perpetua el día 18 de junio de 1960.
Formó parte de las siguientes Comunidades:
- Hospital “Chiquinquirá”, Maracaibo (Zulia – Venezuela). En dos ocasiones, una de ellas como Superiora.
- Escuela Artesanal “El Pilar”, Maracaibo (Zulia – Venezuela).
- Residencia “Madre Ràfols”, Llorente de Tibás (San José – Costa Rica).
- Hogar de Ancianos “San Francisco de Asís”, Chagüitillo (Sébaco – Nicaragua). En dos ocasiones, ejerciendo el servicio de Superiora.
- Residencia de Jóvenes “María Ràfols”, Altos del Chase (Panamá). Superiora.
- Hogar de Ancianos “Víctor Manuel Casco Torres”, Limón (Costa Rica). Superiora.
- Residencia Geriátrica “Juan Bonal”, Llorente de Tibás (San José – Costa Rica).
Hermana Cecilia Astúa se mantuvo firme en el amor hecho entrega a lo largo de su vida, no perdió el tiempo en el amor, se entregó con alma, vida y corazón, acompañó a las Hermanas de la Comunidad y atendió con todo detalle, cercanía al personal y pacientes de los Centros en los que estuvo.
Su paciencia, cercanía y esmero hizo que fuera aceptada y amada por las personas que compartían con ella.
Cuidó de las Hermanas delicadas de salud, con los mismos sentimientos de Cristo de hacer el bien, dejando el buen olor de la Caridad.
En Chagüitillo (Nicaragua), el servicio que prestó y su testimonio de vida marcó muchas vidas; sus gestos de cariño, cercanía y respeto hicieron que las personas colaboraran con el Hogar de Ancianos propiciando el bien a favor de los adultos mayores. Para la Comunidad de Hermanas, su presencia expresada en alegría, silencio, fervor hacía la Virgen María, el amor hacia Jesús Eucaristía, su identificación con lo más pobres a nivel económico y espiritual, sus sentimientos de propiciar el valor de la paz, hizo que marcara vidas y fuese significativa para cada persona con la que se encontraba.
Hna. Cecilia destacó por su deseo profundo de amor a Dios, manifestado en los enfermos y más débiles, y un gran sentido de pertenencia a la Congregación y amor por los Fundadores; amante de la lectura de las Sagradas Escrituras y en lo que la Gracia de Dios le permitía dentro de sus limitaciones, la vivencia del Evangelio.
Junto al cariño y el cuidado de las personas, el respeto y admiración que sentía por la Madre Naturaleza hizo de su presencia un espacio cálido de bienestar para todos, dedicada en sus ratos libres a las plantas y animales, sabedora de la custodia de la Casa Común.
Hermana Cecilia con su silencio, sin palabras, aceptó las limitaciones propias de la edad, hizo de su vida una total donación. Para cada Hermana fue un buen testimonio de vida Consagrada y de Caridad hasta el Heroísmo.
Hna. Cecilia fue un regalo de Dios para la Congregación y en las distintas tareas que le fueron encomendadas en Venezuela, Nicaragua, Panamá y Costa Rica donde acogió, curó, educó, acompañó y sirvió “con el mayor cuidado, con todo detalle, con todo amor”.
Damos gracias al Señor por la vida de Hna. Cecilia; una vida entregada al Señor Jesús y, en Él, al servicio de sus Hermanas y hermanos, especialmente de los más pobres y necesitados, a ejemplo de nuestros Fundadores; una vida tejida de gestos de Caridad hecha Hospitalidad.
Fue llamada a la Casa del Padre el día 7 de octubre de 2021 en la Comunidad de Hermanas de la Residencia Geriátrica “Juan Bonal” de Llorente de Tibás (San José – Costa Rica), a los 87 años de edad y 66 de Vida Religiosa.
¡DESCANSE EN PAZ!