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San Máyolo |
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San Máyolo fue abad de la célebre abadía de Cluny, cuna de la reforma benedictina, poco tiempo después de ser fundada y de convertirse en el foco principal de la cristiandad, cuando la Sede de Roma se la disputaban entre varias familias romanas, los Túsculos y los Crescencios, por lo que puede hablarse del siglo oscuro o edad de hierro del pontificado.
Una banda de piratas sarracenos, venidos de España, había cruzado los Alpes y recorrían el Piamonte. Arrastraban tras sus jinetes muchos cautivos, tristes y desesperados. Sólo Máyolo se mantenía sereno y se atrevía a plantar cara a los bandidos.
Al principio los bandidos pensaron castigarle y colgarle de un árbol, pero al saber que era el abad de Cluny, pensaron conservarlo, y hasta lo trataron con respeto. En parte, porque sentían como una innata veneración al que ellos consideraban como un profeta, en parte, porque esperaban conseguir por él un buen rescate, pues conocían la riqueza de la abadía.
Los musulmanes habían señalado la suma de mil libras de plata, por su rescate y el de otros monjes, suma exorbitante, pero los monjes pudieron reunirla acudiendo a sus amistades, y pronto Máyolo estuvo entre ellos.
Según San Odilón, su sucesor, era un místico y tenía pasión por la lectura, tanto de los Santos Padres, como de los filósofos.
Es uno de los hombres más eminentes del siglo X, un gran restaurador, un insigne organizador. A través de sus monjes, su acción se extiende a todos los órdenes de la vida social. Influye en los gobiernos de Francia, Italia y Alemania. Fue amigo de Hugo Capeto, fundador de esta dinastía, consejero de Otón el Grande, director espiritual de la emperatriz Santa Adelaida, y a la vez distinguía con su trato a todos los humildes.
La venida de la muerte no le asustó más que el asalto de los ladrones alpinos. En su última hora, cuando todos lloraban en torno a su lecho, él se esforzaba por sonreír y dar a todos ánimos, y les decía: "Valor, amigos, demos gracias al Señor. Os pido a todos que esta muerte inevitable sea para vosotros un motivo de alegría, como lo es para mí".
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